viernes, 9 de noviembre de 2012

Pronto.

     Pronto, bien pronto, seré aquella chica que brillaba por su alegría. Lo prometo, por esas personas que a pesar de todo nunca han dejado de confiar en mí, siempre me han apoyado y han sabido dejarme ver su presencia en los momentos más oscuros. Quiero volver a mirarme al espejo y pensar: "esta chica hoy se come el mundo" pero ahora las mañanas son de pura desesperación y la tardes me invade ese espíritu de tristeza, el mismo que me quita las ganas de todo, ese que me hace pensar que ya no hay nada más después de esto. Y sí, seré negativa, pero he aprendido que si así los golpes ya duelen de por sí, si fuera una positiva me llevaría cada golpe impresionante. Porque quiero mirar al sol y ser su fiel acompañante, quiero reflejar todo la alegría que desprende. Quiero ser clara como el agua, aquella que reflejaba todos y cada uno de nuestros besos en esa semana. Quiero volver a ser aquella luna, en aquella playa, que nos alumbraba, para poder revivir aquel beso, mientras que la brisa marina alborotaba mi pelo y tus dedos se enredaban en él, mientras tu otra mano acariciaba cada parte de mi cara, esas manos que tanto me gustaban. Quiero mirarlo y pensar que he sido algo, que soy algo; pero tengo la impresión de que no, no soy nada, y todos nuestros momentos quedan en el recuerdo. Porque te quiero pero me alejo porque me quiero. Porque quiero ser feliz y el caso es que lo era, pero bien se sabe todo lo que me puede afectar ese tipo de cosas, y si me pongo una meta en mi día a día será que cada día es diferente, por lo que nadie se parece a mí y tengo que echarle narices a la vida, pisar fuerte y sonreír.

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